Preguntas y Respuestas: El bebe de 0- 3 meses en la playa

El verano conlleva ciertos riesgos para un bebé, mucho más sensible a las altas temperaturas, al sol, a los cambios de rutinas, al cloro de la piscina, a las corrientes de aire... Sin embargo, si tenemos en cuenta unas cuantas «reglas veraniegas», el pequeñín pasará estos meses fresco, feliz y disfrutando con todos sus sentidos de las muchas posibilidades que ofrece esta estación.


Aquí encontrarás respuesta a las preguntas más habituales que se hacen las madres sobre la época estival.


¿Puede ir un bebé a la playa?No es aconsejable que le llevemos hasta que no cumpla los seis meses. Después puede ir (mejor en las horas de menos sol), pero mantengámosle bajo la sombrilla.

¿Le perjudica bañarse desnudo?No, si después lo secamos bien, sin descuidar los pliegues. Antes, por supuesto, lo habremos aclarado. El cloro de las piscinas y la sal del mar pueden irritar su fina piel.
¿Correrán peligro sus oídos?Es preferible no mojar sus oídos, especialmente si hay antecedentes de otitis. Si vamos a hacerlo, no introduzcamos jamás su cabecita bruscamente en el agua y sequemos cuidadosamente sus orejas tras cada baño.

¿Cómo sabremos si tiene calor o frío?Salvo los bebés de pocas semanas, que aún no regulan bien la temperatura corporal, los niños sienten más o menos el mismo calor que los adultos. Así que no le cubramos con capas y capas de ropa «por si acaso enfría»: solo conseguiremos que se agobie, sude y su piel sufra irritaciones.
Si hace demasiado calor, refresquémosle con una esponjita húmeda y, una vez seco, dejémosle un rato con el culito al aire. Eso sí, hagamos esto dentro de casa, en un lugar donde no haya corriente.
¿Le aplicamos leche hidratante?Sí, le vendrá muy bien. En verano la piel de un bebé necesita hidratación extra. Después del paseo o de haber estado un ratito en la piscina o en la playa (el agua reseca la piel) es muy recomendable aplicarle crema hidratante por todo el cuerpo. Si es fluida, mejor, pues se absorberá antes y dejará a nuestro pequeño con sensación de fresquito.
¿Hay que protegerle de los mosquitos?En algunas zonas proliferan los mosquitos, hormigas, abejas... Los niños están más expuestos a ser atacados por estos insectos, pues se sienten atraídos por ellos. Pueden incluso cogerlos (y hasta comerlos). Las picaduras, salvo que el niño sea alérgico, no suelen ser peligrosas, pero sí molestas. Así que conviene tomar medidas si estamos en una región de clima húmedo y cálido, cerca de un río o lago... Una de las mejores opciones para protegerle de las picaduras es colocar una malla que no deje pasar los insectos. En las tiendas de puericultura se pueden adquirir mosquiteras adaptables a la cuna.
En las excursiones, conviene vestirle con manga larga y pantalón hasta los tobillos. Para que no pase calor, elijamos tejidos ligeros y colores claros. Las lociones y los aerosoles pueden servir para ahuyentar a los insectos, pero tenemos que asegurarnos de que son aptos para la edad del niño (preguntemos al pediatra) y no aplicarlos en las manos o los pies porque el bebé podría chuparlos. Los insecticidas eléctricos en principio son inocuos, no dejan olor y protegen eficazmente contra los mosquitos.
¿Puede bañarse en el mar o en la piscina?Sí, si la temperatura es la adecuada. El agua debe estar templada y hemos de introducirle lentamente, mojando primero las manitas, los pies y la nuca. Podemos crear una especie de juego con este ritual. Una vez perdido el miedo inicial, le encantará. Después del baño es muy importante que lo aclaremos, lo sequemos a conciencia y le cambiemos rápidamente de bañador.
¿Seguimos usando su mochilita de paseo?Si el día es muy caluroso es preferible llevarle en su cochecito o sentado en la sillita con una sombrilla que le proteja del sol. Se encontrará más libre y fresco. La tela de estas mochilas envuelve casi por completo al niño, que además viaja pegado a nuestro cuerpo, y este también desprende un calor demasiado agobiante para cualquiera, y mucho más para un niño tan pequeño.
Prevenir la dermatitis del pañalAfecta a un 10% de los bebés y en la mayoría de los casos se produce por el contacto con las heces y la orina y la presencia de una elevada humedad. En verano, por tanto, intentemos que el niño se acalore y sude lo menos posible. Para ello, dejémosle siempre que podamos con el culito al aire. Además, para prevenirla, hemos de extremar la higiene, utilizar jabón neutro y no aplicarle talco. Si la zona se infecta debemos acudir al pediatra.

Aire acondicionado, ¿sí o no?Hace un calor asfixiante, pero pensamos: ¿el aire acondicionado no será demasiado agresivo para el bebé? No tiene por qué si aprovechemos para conectarlo cuando él no está. Una vez que la habitación se haya refrescado lo suficiente (unos 20 grados está bien) podremos llevar al niño allí, que agradecerá el fresquito. En cualquier caso, no debemos exponerlo nunca al chorro de aire de forma directa ni someterlo a cambios bruscos de temperatura: los bebés son muy susceptibles a las variaciones térmicas.

¿Podemos enseñarle a nadar tan pronto?No, pero podemos enseñarle a familiarizarse con el agua. Es algo muy positivo porque le ayuda a desarrollar su psicomotricidad mientras juega. Nadar implica, como andar, un proceso de aprendizaje que requiere una maduración neurológica que aún no tiene.

¿A partir de qué edad puede viajar?A partir de los quince o veinte días, pero hay que tener en cuenta que aún es muy pequeño y no soporta bien los trayectos largos. Aunque vayamos a un lugar cercano, hay que hacer paradas frecuentes y vigilar que está hidratado, que no se enfría y que no tiene mucho calor. Es normal que se muestre algo irritable hasta que nos instalemos en el nuevo destino.

¿Es normal que tenga menos apetito?Como a nosotros, a veces el calor le reduce un poco el apetito. Intentemos, no obstante, que haga sus tomas en un lugar más o menos fresco y siempre hacia la misma hora. A menudo son los cambios los que le inquietan y le impiden alimentarse con tranquilidad. En cualquier caso, si lleva un tiempo sin apetito, lo prudente es consultar al pediatra.
¿La leche materna cambia con el calor? ¿Lo nota?Si hace muchísimo calor, la falta de hidratación puede hacer que la leche materna se concentre ligeramente y salga menos líquida. Pero el bebé no lo notará si mamá se preocupa de beber lo suficiente y se mantiene hidratada. Su leche recuperará enseguida la consistencia habitual.
¿Qué ambiente tiene que haber en casa a la hora de dormir?Lo ideal es que la temperatura ronde los veinte grados. Para lograrlo, podemos bajar las persianas durante las horas en que más calienta el sol. Y no olvidemos ventilar la casa, siempre que situemos al niño lejos de la corriente. Para dormir, un body de algodón y una simple sabanita serán suficientes. Cambiemos la cunita de sitio si en su habitación la temperatura es demasiado alta.
¿Le tengo que dar más agua?Los bebés se pueden deshidratar fácilmente, así que es bueno ofrecerles líquido con cierta frecuencia, eso sí, en pequeñas dosis. El agua, no obstante, la reservaremos para los más mayorcitos. Para los lactantes es mejor la leche.
¿Podemos cambiar sus rutinas, aunque sea por unos días?Los bebés necesitan cierto orden para sentirse tranquilos, pero tampoco hace falta exagerar. Sin embargo, sí conviene mantener, dentro de lo posible, los hábitos a los que el niño está acostumbrado (si nos vamos de vacaciones, coloquemos su cunita en la misma orientación que la de casa, llevémonos su peluche o almohadita preferida, etc.) Además, es posible que requiera un poco más de atención por nuestra parte. Si nota que se están produciendo cambios a su alrededor se sentirá inseguro y buscará, lógicamente, una mayor atención de sus padres, su mayor referente.
¿Enfriamos un poco el agua del baño?Podemos reducir la temperatura hasta los 33 ó 34 grados si el ambiente es demasiado caluroso y al niño le gusta.
¿Conviene cambiarles la hora de la siesta si el calor aprieta?Lo importante es que esté cómodo y se duerma en un lugar fresco. Si no quiere dormir por el calor, no pasa nada. La siesta no ha de convertirse en una obligación. Dejemos que él mismo nos muestre cuál es la mejor hora para dormirse.

¿Puedo darle el bibe frío?No es lo más adecuado para su digestión, ni le quitará más la sed. Si hace mucho calor, lo ideal es que lo tome a temperatura ambiente.

¿Pueden tomar helados si tienen más de 10 meses?¡Les encantan! Y pueden tomarlos, aunque en pequeñas dosis. Asegurémonos antes de que no existe intolerancia alimenticia a alguno de sus ingredientes. Eso nos lo dirá el pediatra.
¿Agua mineral?Si salimos de viaje, el cambio de agua puede afectar la flora intestinal del niño y provocarle diarreas. Una buena solución es darle agua mineral mientras dure nuestra estancia fuera de casa.

¿Estrechar el vínculo padres-hijo?El verano es una buena época para estrechar el vínculo que nos une a nuestros hijos (tenemos más tiempo y estamos más relajados). Aprovechemos estos días para disfrutar de buenos momentos con ellos.


Asesores: Sara Vázquez, pediatra. Iker Laskibar Gartzia, pedagogo infantil.

Despues de dar a luz.




¿Como manejarlos?.


Igual que tu cuerpo durante el embarazo tuvo que realizar ajustes para recibir al nuevo ser, después del alumbramiento también hay cambios y cuidados a tener en cuenta para un adecuado regreso a la normalidad.

Sangrado
Durante los primeros siete días después del nacimiento hay sangrado, pero un aumento exagerado podría ser señal de presencia de restos de placenta o membranas placentarias. También muchas mujeres sienten que el vientre no ha bajado suficientemente, lo cual se debe a que el útero sólo disminuye un centímetro por día.

La lactancia tiene una estrecha relación con la disminución del sangrado y la adecuada involución del útero. Se ha comprobado que en las madres que lactan con mayor frecuencia el útero se retrae rápidamente y el sangrado vaginal se hace menor, además pierden peso mucho más rápido en comparación a las que no lactan.

Dolores

La mujeres en posparto pueden sentir dolor leve en las cicatrices quirúrgicas por cesárea o episiotomía, pero esas heridas no pueden enrojecerse o tener secreciones amarillentas o grisáceas que simulen pus porque serían signos de alarma.

Al lactar se pueden dar los entuertos, que son contracciones leves y moderadas tipo cólicos menstruales, debidas a la liberación de la oxitoxina por la salida de la leche ante la succión del bebé, lo cual contrae el útero.

Dificultad al orinar
Es una sensación pasajera que se produce por la sonda vesical, sobre todo en las mujeres con cesárea. Para evitar mayores complicaciones, se recomienda no dejar la sonda más de ocho horas después de la intervención, ingerir abundante agua o líquido y vigilar que la persistencia no sea mayor a cuatro días después del alumbramiento.
Sudoración excesiva

Por los cambios de redistribución circulatoria en el posparto, a veces puedes llegar a tener mayor sudoración e hinchazón en los pies. Estos son síntomas pasajeros que pueden mejorar con buena hidratación y un ambiente fresco.

Fiebre
Cuando este signo de alarma está acompañado con olores fétidos en el sangrado es necesario descartar una infección con el médico.

También puede aparecer fiebre cuando hay mastitis y los síntomas son escalofrío intenso, enrojecimiento de la mama, salida de secreción purulenta por el pezón y lesión tipo tumefacción (endurecimiento).

ETAPAS DEL PARTO



El parto normal es el proceso fisiológico con el que la mujer finaliza su gestación a término (entre las 37 y las 42 semanas cumplidas). Su inicio es espontáneo, se desarrolla y finaliza sin complicaciones, culmina con el nacimiento de un bebé sano y no necesita más intervención que el apoyo integral y respetuoso. Después de dar a luz, tanto la madre como su bebé se encuentran en buenas condiciones.


La evolución del parto está influida no sólo por factores biológicos propios de cada mujer y bebé, sino también por factores psicológicos, culturales y ambientales.


La mayoría de las mujeres sanas, con la atención y apoyo adecuados y con un mínimo de procedimientos médicos pueden dar a luz sin poner en riesgo su seguridad y la de los bebés. Para ello es importante que las mujeres tengan confianza en sus posibilidades de afrontar el parto y que las matronas y obstetras contribuyan a la mejor evolución de este proceso fisiológico.


Dilatación: primera etapa del parto
La aparición de contracciones progresivamente más frecuentes e intensas suele ser la primera señal de que el parto comienza. Gracias a ellas, usted prestará atención a lo que le está ocurriendo y podrá observarse para tomar las decisiones más oportunas.


Las contracciones se irán convirtiendo en rítmicas y dolorosas consiguiendo que el cuello del útero se adelgace de forma gradual, adquiera una consistencia blanda y vaya dilatándose. En un determinado momento será conveniente que acuda al hospital. El momento adecuado dependerá de los partos previos y de la distancia a la que se encuentre la Maternidad.


Conviene que en las últimas semanas del embarazo hable con su matrona sobre cómo identificar el momento más adecuado en su caso. Cuando acuda a la maternidad, la matrona realizará una exploración vaginal para determinar los cambios que el cuello ha experimentado y así conocer si el parto se ha iniciado y en qué fase se encuentra.


Se considera que el parto está claramente establecido cuando el cuello tiene una dilatación de alrededor de 4 centímetros. El tiempo y las contracciones necesarias para alcanzar esta dilatación son muy variables y en ocasiones este periodo denominado fase latente o pasiva de la primera etapa del parto es largo y durante él pueden surgir dudas sobre si el parto se ha iniciado ya o no.


Ingresar en la Maternidad Hospitalaria en esta fase latente puede ser perjudicial y que además está asociado a mayor intervencionismo, por lo que aconseja regresar al domicilio hasta que el parto esté claramente instaurado y seguir las recomendaciones para mejorar el confort acordadas con la matrona.


La fase activa de la primera etapa del parto comienza al alcanzar los 4 centímetros de dilatación y culmina al alcanzar los 10 cm. Su duración es variable, depende sobre todo del número de partos que ha tenido cada mujer y su progreso no es necesariamente lineal: La fase activa de la primera etapa del parto de las mujeres que van a tener su primer bebé (nulíparas) suelen ser de alrededor de 8 horas, siendo infrecuente que se alargue más de 18 horas. En las mujeres que ya han tenido algún parto (multíparas), la duración esperada es de aproximadamente 5 horas, aunque en algunas ocasiones puede prolongarse más de 12 horas.


Segunda etapa del parto


Es la que transcurre entre el momento en que se alcanza la dilatación completa (10 centímetros de dilatación) y el nacimiento del bebé. También se subdivide en dos fases: pasiva y activa.


Durante la fase pasiva de la segunda etapa del parto no se percibe sensación de pujo y las contracciones uterinas hacen descender la cabeza del bebé a lo largo de la vagina. Su duración en las nulíparas puede alcanzar hasta dos horas y en las mujeres que ya han tenido hijos, hasta una hora si no han recibido analgesia epidural y hasta dos horas si la reciben.


La fase activa de la segunda etapa comienza cuando el bebé es visible, se producen contracciones de expulsivo o se percibe el deseo de pujo. A partir de este momento el pujo materno ayuda al descenso y permite el nacimiento del bebé. La duración normal en nulíparas sin epidural es de hasta una hora y de hasta dos horas con epidural. En multíparas la duración normal es de hasta una hora independientemente de que tengan o no analgesia epidural.
El nacimiento


En cuanto el bebé nazca será colocado en sus brazos para que lo mantenga en contacto piel con piel sobre su pecho desnudo. Hoy conocemos la importancia de que los bebés sanos mantengan este contacto piel con piel con su madre de forma inmediata e ininterrumpida desde el momento del nacimiento y durante una a dos horas.


Tras el nacimiento del bebé el cordón umbilical se ligará, preferiblemente pasados dos minutos o cuando cesa el latido.
Alumbramiento: tercera etapa del parto


La tercera etapa del parto es la que transcurre entre el nacimiento y la expulsión de la placenta.


En la guía sobre la atención al parto normal se recomienda el manejo activo o dirigido de la tercera etapa del parto, es decir, la administración de oxitocina intravenosa para disminuir el riesgo de hemorragia postparto y acortar la duración de este periodo. Sin embargo, el alumbramiento espontáneo, sin utilización de fármacos, es una opción aceptable para aquellas mujeres que, teniendo un riesgo bajo de hemorragia, lo prefieran.


Si el alumbramiento es dirigido, es decir con administración de oxitocina, la expulsión de la placenta se produce normalmente en el transcurso de 30 minutos tras el nacimiento, mientras que en el caso de alumbramiento espontáneo se puede demorar hasta 60 minutos.




¿Qué cuidados se recomiendan durante el parto normal?
Acompañamiento familiar


El acompañamiento durante el parto proporciona seguridad, hace más tolerable el dolor de las contracciones y facilita el progreso del parto. La persona que le acompañe durante el parto debe ser cuidadosamente elegida por usted. Tendrá que saber cómo desea vivir su parto y ser capaz de cuidarle, apoyarle y animarle en todo momento, sin dejarse llevar por los nervios o la implicación emocional.


La persona acompañante debe transmitir a la mujer tranquilidad y seguridad e infundirle confianza en sí misma.
Acompañamiento profesional


La matrona también debe conocer los deseos y expectativas de cada mujer para poder ofrecer la ayuda y apoyo necesarios. Permanecerá con la mujer sin dejarla sola salvo periodos cortos de tiempo. Cuidará de su bienestar, animándola en todo momento para que pueda vivir su parto según sus deseos. Vigilará la situación de la madre (estado de ánimo, frecuencia de las contracciones, sensación de sed, tensión arterial, pulso, temperatura, etc.) y del feto (auscultación del latido cardiaco) y vigilará la progresión del parto. Sus sugerencias sobre cambios posturales, movilización, ingesta de líquidos, cómo afrontar las contracciones y uso de métodos de alivio del dolor no farmacológicos serán muy valiosas.


Se ha demostrado que la relación entre la mujer y la persona que le atiende influye en gran medida en la experiencia del parto. Los estudios científicos realizados encuentran que las mujeres que reciben un apoyo continuo profesional tienen mayor probabilidad de tener un parto vaginal espontáneo y menor probabilidad de necesitar analgesia epidural, tener un parto instrumental (fórceps, ventosa…) o una cesárea. Además, están más satisfechas con la experiencia del parto.


También se ha demostrado que la atención al parto normal por matronas presenta ventajas: menor necesidad de analgesia epidural, realización de menos episiotomías, aumento de la tasa de parto vaginal espontáneo y de inicio de lactancia materna y una mayor sensación de control por parte de las mujeres.
¿Qué hacer frente al dolor?


En un parto normal no inducido con oxitocina, sin restricción de movilidad, en un ambiente favorecedor en el que la madre se siente segura y cómoda, muchas mujeres pueden soportar el dolor, gracias a los intervalos entre contracciones que permiten descansar y a analgésicos liberados por el organismo.


Actualmente, usted puede recurrir a los diferentes métodos no farmacológicos y farmacológicos disponibles de alivio del dolor. Puede elegir un método o varios y cambiar de unos a otros según la evolución del parto y de la intensidad del alivio que desee obtener en cada momento. La matrona le informará sobre las diferentes posibilidades.


Información extraída de la
Guía de Práctica Clínica sobre Atención al parto normal. Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad y Política Social. Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del País Vasco (OSTEBA). Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias de Galicia (Avalia-t). 2010. Guías de Práctica Clínica en el SNS: OSTEBA Nº 2009/01.

Adolecente Embarazada: Riesgos y complicaciones obstétricas



El embarazo en adolescentes hoy en día es un problema de salud pública, no sólo asociado a los trastornos orgánicos propios de la juventud materna, sino porque están implicados factores socio-culturales y económicos que comprometen el binomio madre e hijo.

Como la adolescencia es una etapa en la cual ocurren un conjunto de cambios fisiológicos, sociales y emocionales; dependiendo de la edad de la adolescente y del tiempo que ha transcurrido entre su desarrollo y el embarazo puede haber más o menos complicaciones; si la adolescente tiene menos de 15 años se ha observado mayor riesgo de aborto, parto pretérmino o parto por cesárea por inmadurez fisiológica.

Si es mayor de 15 años, la embarazada tiene el mismo riesgo que una paciente adulta, excepto si está mal alimentada, o si se encuentra en situación de abandono por parte de su pareja o familia, por otro lado es posible que la adolescente no esté preparada para asumir emocionalmente el compromiso de un bebé o necesite mayor apoyo.

En vista de esto es necesario crear programas para fomentar la información y los servicios requeridos a los jóvenes para concientizarlos y lograr una sexualidad responsable. Asimismo, es necesario crear centros de apoye para las adolescentes embarazadas, tanto desde el punto de vista médico como emocional.